Hola, se llama Pía

-Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, por qué te preocupas tanto... Facundo Cabral. 

Y así se juntaron Pía y Darío. De nuevo esta mujer lo besó con toda el alma. Esos poderes de Pía para devolverle el brillo a las causas perdidas, para encontrar la magia en lo oscuro, para hacer de un hombre irreverente un ser fuerte y valioso, para agregarle páginas a una historia que no tiene nada más que contar. Pero no la culpo, Pía está llena de amor y le encanta jugar, se divierte y aprende que para encontrar el equilibrio siempre tendrá que perderlo: por amor. 

Aquella noche Pía visitó a Arturo, él la llevo a ver la luna por un rato. Había una noche de luna en fase menguante y Arturo le dijo que pidiera cuatro deseos. Tomados de las manos, lanzaron los pensamientos al aire, uno iba por Darío.

Pía: ¡Deseo que Darío me guarde para siempre en su alma!

Arturo: Estas loca Pía, le respondió entre risas. El alma se te queda corta, tú eres una mujer para llevarla en la piel, para acariciarla entre miradas, pero nunca para quererla a distancia. Todos quieren una Pía Rojas en el camino.

Pía salto y lo abrazó. Hombres como Darío hay muchos, pero como Arturo siempre serán pocos.

Querido Darío: no se si volverá a pasar, eso de enamorarme de nuevo, digo. No sé si me atrevería a quererte tanto, lo confieso. Pero yo no miento, anoche te besé con toda el alma, hubo un momento que sentí que me correspondías, fue al sentir que me olías. Te perdono y te libero de tanto amor, aunque si lo hubieses valorado jamás hubieses corrido a otros brazos.

Con cariño,

Pía.-una mujer para quedarse, la que conocerá el amor cuando venga un hombre que le regale la oreja de Van Gogh-.