domingo, 27 de septiembre de 2009

El Acuario

El Acuario

Tomé esta noche para escribir, para escribirte. ¿Por qué? Tal vez me sentí lista para llamar a lo nuestro pasado y dejar todo atrás. Quiero dedicarte una historia, bien sabes que me gusta escribir y que espero algún día llegar a ser una buena y reconocida escritora, acuso dos puntos: no espero que leas mis libros.

Aquello, así me refiero a lo que una vez fue nuestro, comenzó interesante y apasionadamente divertido. Bailábamos, ¡Que buen bailarín es! Pensé aquella noche cuando decidiste protagonizar el cuento del miércoles. Cuando decidimos ignorar lo que sabios y poetas llaman amor y bebimos hasta desconocernos, al menos yo sí que bebí, tanto que a la tercera salida consecutiva tu celular me dijo tu nombre. Que ironía, que hoy día seas tú quien vagamente quiera recordar u oír mencionar el mío.
Quiz: ¿De qué color era mi camisa? La tuya era azul de rayas. ¿En qué canción nos besamos? Hips don’t lie de Shakira. ¿Qué estábamos bebiendo? Bebíamos dos cubas y tengo que reconocer que cada vez te hacías más y más bello. ¿Cuál me dijiste era el olor de mi piel? El tuyo bebe sudado. Si no recuerdas ninguna de estas respuestas es que nunca me amaste, pero creo que la mayoría permanecen en tu memoria porque si que supimos vivir la vida. (No sonrías ahora, ésta es mi historia)

Así quiero aprovechar este momento para desmentir algunas verdades, ¡Mentira! Sólo quiero decirte muchas cosas que no quiero guardar por más tiempo, es cierto, a todos nos gusta mirar hacia atrás, pero yo escojo no verte más.
En mala hora me enteré de que por tan sólo un día no fuimos dos sino tres, al menos eso me dijo tu amigo al teléfono, el que te acompañaba en alguna disco en Ámsterdam cuando te diste cuenta de que mis besos no son lo mejor. ¡Que día tan amargo ese! pero un poeta dijo una vez: “Quien te ama de verdad te perdonará” y te perdoné. Me costó por supuesto, si que lloré y atormenté a mi hermana no biológica hasta sanarme por dentro. Al menos comprobé que no soy un animal, pues digo la verdad y se perdonar. Tú, por tu parte, me mentiste y no sabes perdonar el más mínimo error. Pero tú eres así. Mentir es lo mejor que puedes hacer sin quitarte la ropa, no importa igual te amo.

Te amo y te amé y aprovecho la oportunidad para explicarte porque digo esto. Porque te pedí más de una vez que te casaras conmigo, porque escribí nuestra historia, porque sentí vergüenza de mi misma, porque con tus besos sentí que me llevaste a Paris y me quedé sin aire, porque nunca me fui a dormir sin soñarte, porque aprendí a perdonar, porque pensé que contigo estaba en el mejor momento de mi vida y tenía todo lo que había soñado.
¿Sabes? Hoy descubrí que duermo con los ojos abiertos y sueño también, me lo dijo Luis y se asustó cuando me despertó esta mañana. Tu duermes con la boca medio abierta y tus incisivos sobresalen, roncas cuando estás muy dormido, pero es bajo el sonido menos mal nunca me molestaste. Impregnas el cuarto con tu olor, ya mencioné anteriormente cual es ese olor y te recuerdo una vez más que me encanta, para mí el olor de tu piel por la mañana, supera al del café recién colado.
¿Ves? Nunca dejé de amarte. Ni siquiera mi cuerpo dejó de sentirte. Tu piel es suave y espero que si llego a probar otra piel en mucho tiempo sea como la tuya, pero más dulce. Tengo que irme, pero no lo haré sin antes decirte en que fallaste: te equivocaste y no aprendiste de tus errores, apenas y podías difícilmente reconocer alguno. No tengas miedo, enamórate, arriésgate, dile a alguien que lo extrañas, equivócate y aprende de tus errores, dile a esa persona lo que significa para ti, ríete hasta que te duela el estómago, di que no cuando tengas que hacerlo pero di la verdad y hazlo porque todo esto sólo pasa una vez. La vida es una sola y al menos no estaremos juntos viviéndola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario